Guía rápida sobre la cuestión del miedo Vol. 1
Parafraseando las palabras de Eduardo Galeano, el miedo siempre tiene una contrapartida en todo lo que hacemos.
El uruguayo lo explicaba mejor que yo: “El miedo amenaza: si usted ama tendrá SIDA, si fuma tendrá cáncer, si respira tendrá contaminación, si bebé tendrá accidentes, si come tendrá colesterol, si habla tendrá desempleo, si camina tendrá violencia, si piensa tendrá angustia y si siente tendrá soledad”.
Una forma más chabacana de ponerlo es afirma como se suele decir popularmente: “El mayor riesgo que hay es estar vivo”.
En los últimos meses he llegado el mundo me ha enseñado que nuestra vida es muy frágil. Por ratos, a veces largos y otras veces cortos, la realidad se siente muy extenuante y el futuro aplastante.
Somos la generación a la que le prometieron un futuro brillante y cada vez se siente más que hemos vuelvo a ser victimas de publicidad engañosa. De la misma forma en la que nos han metido azúcar y colesterol a todos, con colores brillantes y canciones pegajosas. Nos han llevado a nuestra muerte con entusiasmo.
No obstante, soy muy optimista respecto al futuro. O he querido serlo, porque no tenemos ni debemos vivir repitiendo los errores de nuestros padres. Nunca es tarde para rectificar el camino y siempre podemos volver a comenzar. Las veces que sean necesarias. No importa fallar mil veces porque al final solo debemos acertar una vez.
No obstante, tenemos miedo. Miedo de cosas que parecen insignificantes, pero que son muy reales para nosotros. Miedo a morir, pero sobre todo a sufrir. Al dolor, a la incomodidad, a la miseria y a la pobreza.
Miedo a no cumplir nuestros sueños, a quedarnos solos, a que la vida nos pase por encima y llegar al lecho de nuestra muerte sin nada o peor aún arrepentidos.
Quizás a nuestra generación le resulta difícil creerse adultos por eso, por el miedo. El miedo que paraliza porque el futuro no nos ofrece ninguna garantía. Solos contra el mundo y a nuestra suerte. Dejados de un lado despues de que los bancos y los terratenientes nos dijeron que todo estaría bien.
Somos una generación a la que se nos mintió, pero queda en nosotros seguir tragando mentiras. Ahí es dónde identifico la esperanza. El mundo no ha sabido darnos respuestas y por eso volver a lo más básico es la respuesta obvia.
Acá hay una pequeña lista para comenzar:
- Haz amigos de verdad. Que sean pocos, pero que realmente les importes. Habla con ellos de sus miedos y preocupaciones, sobre que piensan del futuro y hacía dónde quieren llegar.
- Atrévete a soñar. En serio, imagínate cosas chingonas diría el Chicharito. Solo las dificultades y los grandes propósitos le dan sentido a nuestras vidas.
- Date la oportunidad de sentirte vulnerable. Se sincero y transparente. No te guardes nada, incluso aunque eso no cambie nada del mundo a tu alrededor. Sácalo de tu corazón.
- Trabaja lento, sin pausas pero sin prisas. La vida no es una carrera. No te autoflajeles o autoexplotes.
- Se feliz. Se tan feliz como te sea posible. Disfruta. La felicidad no es un destino, sino una actitud al andar.
Te aseguro que con el tiempo, te vas a sentir mejor. El miedo no desaparece del todo, pero ya vamos a ir abordando poco a poco eso.